AROMAS I



- ¿Manzana Golden, Fuji....?
- yo no encuentro la manzana por ningún sitio…! :-/

Difícil tema este de los aromas en el vino. Es tan fácil oler un vino, poner cara de enterao y que la gente de nuestro alrededor se sienta incomoda, a la vez que se echa en brazos de las compañías cerveceras, que llevamos más de un año queriendo hablar de este tema sin atrevernos. Vamos a intentar ser didácticos por lo menos, con ayuda de nuestros compañeros de Cuinare.

Se definen como aromas las sensaciones recibidas por los receptores olfativos debido a la presencia de sustancias volátiles en el aire. En el ser humano son recogidas por la pituitaria nasal tanto por olfacción directa como por retronasal.

El sentido del olfato es evolutivamente posterior al del gusto, la vida surge en el agua donde no hay posibilidad de captar olores, solo sabores. Al colonizar los seres vivos el medio terrestre y aéreo, necesitan el olfato para que les guíe en la identificación de alimentos y de sustancias nocivas, en la atracción sexual, el marcaje de un territorio y el reconocimiento de sus crías. Así parte de los receptores gustativos se especializan en olfativos y en el cerebro surgen zonas específicas para este nuevo sentido. Al derivar del gusto existen muchas interconexiones entre ambos sentidos. Esta conexión puede dar lugar a confusiones sensitivas.

EL BOZAL




El Bozal o cápsula  inventada por Adolphe Jacqueson (Champagne Jacquesson) Caen 1844, tiene casi  160 años.

Cuando en la época de Dom Pérignon se descubrió el medio de hacer que el vino se volviera espumoso las botellas eran taponadas con espigas de madera revestidas de estopa impregnada de aceite y selladas con cera. Rápidamente se dieron cuenta de que este taponamiento era insuficiente para retener la presión del gas del vino e impedir que las botellas tuvieran fugas. Tuvieron entonces la idea de utilizar tapones de corcho para taponar las botellas, pero muy rápidamente hubo que embridar seriamente los tapones para que no saltaran por la presión del gas natural del vino de Champaña.

You must remember this: A kiss is still a kiss…



 
Uno de los episodios menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial es el afán del Tercer Reich de expoliar el mejor vino de la Francia ocupada. Aunque el mariscal Hermann Göring puso gran empeño en ello, la oposición de los viticultores franceses lo impidió.

Como si existiera sintonía entre vino y conflicto, en la Francia de 1939 (año del inicio de la Segunda Guerra Mundial) tuvo lugar una de las peores cosechas. A este desastre siguió en 1940 el de la rápida derrota de Francia ante el impetuoso avance alemán que obligó al gobierno galo a firmar un armisticio en junio. Como en otros países, la ocupación alemana fue acompañada por el expolio siguiendo directrices del voraz mariscal del Reich, Hermann Göring.

Pero Góring no pudo satisfacer sus propósitos, pues topó con una eficaz resistencia pasiva de los viticultores franceses. Estos escondieron sus mejores vinos tapiando con muros camuflados parte de sus bodegas. Las nuevas paredes no sólo protegieron los caldos, sino también a judíos en peligro y a miembros de la Resistencia, que en algunos casos fueron trasladados clandestinamente de un lugar a otro en toneles.