JURANÇON, la primera D.O. de la historia.



El Jurançon fue ciertamente el primer vino del mundo en beneficiarse de una denominación controlada garantizando su calidad: ésta fue, en el siglo XIV por una decisión del Parlamento de Navarra.

En 1533, el futuro Enrique IV de Francia es bautizado con un diente de ajo frotado por sus labios y con una gota de Jurançon, el sagrado vino dorado "Vino de los Reyes". A este acto luego se le llamará el “bautismo bearnés”. Aprovechará esta publicidad real hasta el siglo XIX.

Devastado por la filoxera en 1882, el viñedo fue renovado en su totalidad y se beneficia desde 1936 de una denominación de origen controlado o AOC.

Las cepas

Estas cepas locales se adaptan al clima: cepas muy altas para huir de las heladas de primavera y uvas muy resistentes.

El Gros manseng es la cepa de base del jurançon seco y joven suave moelleux (70%).

El Petit Manseng de pequeñas bayas produce los grandes vinos suaves de crianza (25%).

El Courbu, el Camaralet y el Lauzet aportan una nota de picante.

Maridajes

El Jurançon suave o moelleux (servir a 10°C-12°C) se bebe en el aperitivo, luego con el foie gras, y también con la carne blanca en salsa o el queso de oveja.

El Jurançon seco (servir entre 8°C y 10°C) con marisco, crustáceos y pescado a la parrilla, al horno o en salsa.