ICE WINE



El vino de hielo (ice wine en inglés o eiswein para los vinos alemanes y austriacos) es un vino de postre especial y exquisito. El momento y condiciones de su cosecha así como las zonas donde se obtienen es lo que lo hacen especial.

El primer eiswein se produjo de manera casual cuando en 1794 en una zona del norte de Baviera, unos vitivincultores de la región intentaron producir un vino
con uvas parcialmente congeladas por una helada inesperada y obtuvieron un vino de unas características muy diferentes a lo esperado: muy sabroso, aromático, dulce y ácido. Esta tradición se fue extendiendo a varias zonas durante las invasiones napoleónicas.

Para obtener vino de hielo natural es necesario que durante varios días las temperaturas se mantengan alrededor como mínimo de los -7°C (aunque la calidad aún es mejor si se llega a los 12 o 16 negativos) mientras la uva aún está en la viña. Lo cual puede significar que las uvas tengan que permanecer meses en la parra después de la cosecha normal. Si la helada no ocurre lo suficientemente pronto puede hacer que las uvas se pudran y toda la cosecha se pierda, por el contrario si la helada es demasiado fuerte puede hacer que las uvas estén tan heladas que sea imposible extraerlas el mosto. Así si un año no se dan las condiciones puede que no haya producción de este vino, como ha pasado varias veces.

Estos riesgos junto a que de una uva cosechada en la temporada del vino del hielo se extrae menos zumo que en la época normal de cosecha, hace que se trate de un vino caro.

Al recogerse la uva congelada, la congelación ocurre antes de la fermentación, los azúcares de la uva no se congelan como lo hace el agua, así el resultado es un vino concentrado normalmente muy dulce, a la vez que refrescante por su alto grado de acidez. Las uvas se prensan junto a las viñas. La fermentación del ice wine es bastante lenta, dura unos cuantos meses y se realiza en cubas de madera. Existen vinos de hielo blancos, rosados y hasta tintos.