LUIS PÉREZ SOLERO, el publicista que vistió a TÍO PEPE






No cabe duda de que Luis Pérez Solero (1892-1968) fue un auténtico pionero de la publicidad en España. Este burgalés recaló en Jerez el 31 de Julio de 1934, contratado por González Byass como jefe de propaganda. En aquellos tiempos no existían para este tipo de cargos denominaciones procedentes del inglés y nadie tenía idea de conceptos como export manager o marketing. Eran tiempos en los que las bodegas del marco se anunciaban con el nombre de la firma y a continuación (VINOS y COÑAC). El concepto de anunciar las marcas (no entiendo la razón) no se contemplaba aún.



Los que le conocieron lo definen como un hombre excelentemente dotado para las relaciones públicas, de enorme simpatía, ocurrente e ingenioso, cualidades que le permitieron acceder sin problemas en la hermética sociedad de la época.

Cuando estalló la guerra civil, Pérez Solero no disimuló su simpatía por los sublevados y su “criatura” el Tío Pepe se convirtió en “vino de los soldados de España”. (Esto último me pica)

Si algo le hizo famoso a todos los niveles fue la ‘humanización’ que hizo de la botella del ‘Tío Pepe’, a la que puso traje y sombrero cordobés de color rojo acompañado de una guitarra. Al igual que vistió de mantilla al Solera 1847, de espadachín al Imperial Toledo o del rey al Soberano. Era en 1935. Con su particular facilidad para la pluma y el verso, Pérez Solero describió así su creación:

“Veréis con qué sencillez me dieron forma en Jerez: Embotellaron el sol de Andalucía, primero; me pusieron una chupa, la guitarra y un sombrero; ¡y así nació el Tío Pepe, lleno de gracia y salero! ¡¡Ya veis con qué sencillez,se viste un vino en Jerez!!”

Los primeros diseños del logotipo de Pérez Solero mostraban la figura del ‘Tío Pepe’ con el brazo derecho en alto. Desde los años treinta, Sánchez Romate había registrado en propiedad el uso de marcas gráficas de personajes parecidos al ‘Curro’ con los brazos en diferentes posiciones. En realidad, y contra lo que dice la historia, ni González Byass ni Sánchez Romate llegaron a verse las caras ante un tribunal. Muy al contrario, una vez acabada la guerra, Alfonso Hoyos Sánchez, duque de Almodóvar, miembro del Consejo Nacional del Movimiento desde 1943 y a la sazón propietario de las bodegas del Cardenal Mendoza, llegó a un arreglo con González Byass por el que le permitía el uso de la figura del ‘Tío Pepe’ pero siempre y cuando no apareciera con la mano derecha alzada. Pérez Solero se vio obligado a modificar el modelo hasta poner sus dos brazos en jarra tal como hoy lo conocemos.

Desde 1946, hasta este año, el ático del antiguo Hotel París, sostiene las setenta toneladas de la figura creada por Pérez Solero, con sus brazos en jarra y la leyenda del célebre “Sol de Andalucía embotellado”. El ‘Tío Pepe’ de la Puerta del Sol se transformó con el tiempo en el ‘tío’ más famoso del mundo. Todos los turistas lo fotografiaban, preguntaban por el significado del símbolo y logró evitar todas las trabas impuestas por las autoridades. Carlos Arias Navarro, de retirar todos los carteles luminosos de la Puerta del Sol. También superó otro envite cuando, a finales de los ochenta, el Ayuntamiento madrileño diseñó la reordenación de la plaza. Finalmente, Ruiz Gallardón tuvo que reconocer que la famosa botella ‘humanizada’ de Luis Pérez Solero formaba parte de la historia cultural y sentimental de la capital de España.

Tras haber sido 'desahuciado' por la Apple Store que abrirá sus puertas en Sol, el legendario cartel de Tío Pepe volverá a la plaza donde ha estado desde 1946, pero esta vez no estará ubicado encima del antiguo 'Hotel París'.

Luis Pérez Solero abandonó sus responsabilidades en González Byass en 1964. Murió en Madrid en 1968.