Las avispas arrancarían el inicio
de la fermentación en el vino. Cuando las avispas pican a las uvas en la vid,
dejan rastros de la levadura Saccharomyces cerevisiae, dentro de la uva, que
ayuda a iniciar el proceso de fermentación.
El estudio, recientemente publicado en the National Academy of Sciences journal, halló una levadura que puede vivir en el intestino de la avispa mientras hiberna durante el invierno. Los investigadores utilizaron secuenciación de ADN para analizar los genes de la levadura, localizándolos en las entrañas de las avispas.
El estudio, recientemente publicado en the National Academy of Sciences journal, halló una levadura que puede vivir en el intestino de la avispa mientras hiberna durante el invierno. Los investigadores utilizaron secuenciación de ADN para analizar los genes de la levadura, localizándolos en las entrañas de las avispas.
Otros insectos y pájaros también llevan la levadura, pero las avispas juegan un papel especial, ya que pueden portarla durante el invierno y se lo pueden transmitir a su descendencia.
El estudio encontró que las avispas también pueden introducir otros microorganismos a las uvas, que añaden sabor al vino. Según Duccio Cavalieri, profesor de microbiología en la Universidad de Florencia y uno de los autores del estudio, el vino no sabe igual sin esta levadura dentro. "El estudio muestra que es crucial para mirar a la conservación y el estudio de la biodiversidad - todo está relacionado", agregó.
Los antiguos romanos parecen haber sabido sobre el papel que labor desempeñaban los insectos en el proceso de elaboración del vino. A menudo se plantaban jardines junto a sus viñedos para atraer a las avispas y otros insectos amantes de la uva de los viñedos.
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