Elaboración y Crianza
Se trata de vinos procedentes de mostos de
la variedad palomino, obtenidos mediante presiones suaves y sometidos a
fermentación completa. El posterior encabezado a 15% vol. propicia la crianza
biológica, que debe de llevarse a cabo íntegramente en bodegas situadas en
Sanlúcar de Barrameda.
Las especialísimas condiciones microclimáticas de
esta ciudad, situada en la desembocadura del río Guadalquivir, propician el
desarrollo de un velo de flor con características muy peculiares. Como
consecuencia de ello, los vinos de crianza biológica obtenidos en Sanlúcar
tienen características organolépticas especiales y diferenciadas de los del
resto del Marco (Jerez, Pto. Santa Maria, Trebujena, Chiclana de la Frontera,
Puerto Real, Rota, Chipiona y Lebrija).
En ocasiones, las manzanillas son sometidas a
períodos de crianza excepcionalmente prolongados, en los que la flor llega a
debilitarse ligeramente, provocando un pequeño nivel de oxidación; surgen así
las "Manzanillas Pasadas".
Notas de Cata
Vino muy pálido, de un brillante color amarillo
pajizo. De aroma punzante y delicado en el que destacan notas florales que
recuerdan a la camomila, recuerdos almendrados y aromas de panadería. Al
paladar es seco, fresco y delicado; con un paso de boca ligero y suave, a pesar
de su final seco. Presenta una ligera acidez que produce una agradable
sensación de frescor y un regusto persistente y ligeramente amargo.
Servicio y consumo
La Manzanilla se debe servir muy fría, entre de
7º a 9º C.
Es ideal como aperitivo y acompañamiento a todo
tipo de tapas, especialmente para todo tipo de sabores que provengan del mar,
como mariscos y pescados. También combina armoniosamente con los alimentos que
tengan ciertos toques salinos (embutidos, salazones), así como con platos que
contengan vinagre (ensaladas, adobos, marinados, sopas frías, etc).