SAUTERNES-BARSAC



Sauternes, donde se elaboran los mejores vinos dulces del mundo, gracias a las condiciones de la zona. Estas condiciones se deben al río Ciron, un río corto, formado a partir de profundos manantiales en las Landes, se caracteriza por ser frío como el hielo. Entre Barsac y Preignac se encuentra con el Garona, un río mucho más cálido, sobretodo a finales de verano, el fuerte contraste de temperaturas es lo que provoca la niebla. Estas nieblas son habituales a finales de verano y durante el otoño, si por aquel entonces las uvas están maduras y sanas hará aparición la podredumbre noble.


En una primera fase la Botrytis se adhiere a la piel de la uva, veremos unas motas en su dorada piel “uva moteada”.

En la segunda fase “podredumbre total” la uva adquiere un tono dorado oscuro, pero la uva permanece hinchada. En esta fase ya se pueden obtener buenos vinos dulces. Aun así se esperan unos días y si las condiciones climáticas acompañan, la uva empieza a arrugarse hasta casi quedar seca. Se denomina “tostada”. La concentración de azucares en esta fase son los que le dan al Sauternes su peculiar gusto.

La podredumbre no aparece de forma uniforme, por lo que se impone una larga y delicada vendimia. Durará dos meses si las condiciones climatologícas son favorables.

La recolección se efectúa en varias “tríes” (Pasadas). En los sucesivos pasos, los vendimiadores sólo seleccionan los granos sobremadurados, se llegan a realizar hasta ocho o nueve “tries”. Por tanto, el volumen producido siempre es muy bajo ya que, desde siempre, el viticultor de Sauternes ha venido prefiriendo la calidad en detrimento de la cantidad. Un Château de Sauternes produce entre 7 y 12 Hl. por Ha. o sea entre 930 y 1600 botellas, lo que equivale a una o dos copas por cepa.

Las uvas utilizadas son la Sémillon, dado que su piel tiene propensión a la podredumbre y su vino a la mantecosidad de la cera cuando envejece. Si a esto le añadimos los efectos de la podredumbre el vino es uniforme, exótico y rico. El Sauvignon Blanc, aunque es menos propenso a la podredumbre, le da al vino una acidez y un nerviosismo al conjunto. Y por último esta la Muscadet utilizada para darle una textura de miel.

Bebido joven, este vino es afrutado y nervioso, pero, con los años – algunas añadas pueden envejecer durante un siglo – sabrá adquirir esa untuosidad, raza y ese cuerpo tan peculiares.

El Sauternes es un auténtico vino de armonía, con un sorprendente número de aromas: miel, cítricos, albaricoque, membrillo, almendra asada, menta, especia, vainilla, melocotón, acacia, encontrará el mejor equilibrio entre lo dulce y lo ácido. Por consiguiente, con este vino increíblemente complejo, conviene atreverse a todo.
Naturalmente, el foie gras, pero también puede empezar de aperitivo, o acompañando al rape , rodaballo, lenguado o vieiras para que se desprendan los aromas de vainilla o de anís del vino.