Fedellos do Couto toma cuerpo en el año 2013. Fedellos
es una palabra gallega que significa trastos, traviesos, inquietos, ... y O
Couto alude al emplazamiento de la bodega, el Pazo do Couto. El Pazo do Couto
es una edificación que comenzó a construirse en el siglo XII. Rodeado de
viñedos y soutos de castaños, el Pazo respira viño y naturaleza, sus piedras
guardan muchos de la historia y secretos de la Ribeira Sacra. El proyecto se
gestó por inercia: pasión por los vinos auténticos, inquietud por dignificar la
vidad rural, noches al calor de la lume, de viño, de paparota, de licor café.
Ingredientes más que suficientes para que Fedellos do Couto tomara forma.
Su filosofía es elaborar vinos que expresen el terruño,
la añada y las variedades autóctonas gallegas. Para ello cuentan con un mosaico
de variedades, microclimas, suelos, exposiciones y altitudes repartido entre
sus viñas del río Sil y del río Bibei.
En cuanto a viticultura y a pesar de las
complicaciones orográficas y climáticas de la zona, la idea que tienen es la de
desarrollar una viticultura respetuosa con el medio ambiente. Las viñas se
encuentran en bancales. Todo el cultivo es manual. Controlan 4 hectáreas de
viñedo, una mitad en propiedad y otro tanto en colaboración con viticultores
jóvenes de la zona. Tres de las hectáreas del proyecto se cultivan en orgánico,
estando la cuarta en conversión.
El control del vigor de la cepa y favorecer su aireación resultan fundamentales para disminuir la presión de las enfermedades; así, los suelos se trabajan con desbrozadora y azada. No se usan ni herbicidas ni productos sistémicos. La forma de trabajo va hacia el cultivo biodinámico, a medida que vayan viendo y comprendiendo las diferentes parcelas de viñedo.
Con idea de que sus vinos respeten el terruño del que
proceden, las elaboraciones se basan en una mínima intervención enológica. A
partir de una selección exhaustiva de la uva, recogiendo manualmente cada viña
en el punto de fruta que consideran adecuado, las extracciones transcurren de
la manera más suave posible: racimos enteros, fermentaciones a bajas
temperaturas, no adición de levaduras ni productos enológicos, maceraciones
largas, crianzas en barricas usadas, adición mínima de sulfuroso, ausencia de clarificación
y de filtración, estas son las técnicas enológicas empleadas.