POSOS




La formación de sedimentos es un fenómeno natural en los vinos. Es el resultado de no haber intervenido de forma radical en el proceso de elaboración y crianza, mediante fuertes clarificaciones o intensas filtraciones. No sólo no son defectos del vino, sino que son síntomas de calidad  y respeto a una forma de trabajo natural.

Con el paso de los años se forman esencialmente dos tipos de sedimentos: los tartratos y la materia colorante. Los tartratos son cristalizaciones naturales procedentes de la uva. El más habitual es el Bitartrato Potásico, sales del ácido tartárico que precipitan por la acción del frío y del alcohol. Los vinos más viejos también tienen más precipitación de la materia colorante (antocianos) Esta sedimentación presenta el color correspondiente a la edad el vino y reduce en el vino su intensidad.

 

Como librarse de los posos

  1. Consultar la etiqueta antes de descorchar la botella. Muchos elaboradores advierten en ella de que sus vinos no han sido clarificados ni filtrados y, por tanto, pueden presentar sedimentos.
  2. Dejar reposar la botella en posición vertical durante unas horas antes de descorcharla. De esta forma, uno se asegura que los posos se han depositado en el fondo.
  3. Descorchar la botella sin movimientos bruscos y manteniendo la verticalidad, servir con mucho cuidado y no apurar todo el contenido de la botella.
  4. O, mejor aún, pasar (también lentamente y con cuidado) el vino a un decantador fijándose muy bien cuándo el vino empieza a estar turbio. Esto es infinitamente más fácil de apreciar si se coloca un foco de luz detrás. El vino del decantador estará libre de impurezas y la botella se habrá quedado con aproximadamente un dedo de vino y todos los posos.

En Portugal los posos del Porto Vintage se untan en pan con un poco de mantequilla.


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