La activación de la “quiebra
cúprica” en los vinos blancos por el efecto de la luz, es un fenómeno conocido
desde antiguo, pero últimamente se ha investigado la presencia en los vinos de
compuestos azufrados de olor desagradable, en vinos que han permanecido bajo el
efecto de la luz, produciéndose una alteración aromática conocida como “sabor
de luz”.
Este fenómeno se produce cuando
el vino se encuentra a una temperatura superior de 20º C y está embotellado en
botellas de vidrio que reciben la luz solar o determinados tipos de luz
artificial. Intervienen en el desarrollo de este proceso, las pequeñas
cantidades de vitamina B2 que contienen los vinos y los aminoácidos azufrados
del vino, como la metionina, transformándose los últimos en compuestos de olor
desagradable como el metionol de olor a coliflor cocida o el dimetilsulfuro de
olor a humedad.